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Canederli. Es un platillo de la llamada cocina pobre, hecho con pan suavizado con leche y mezclado con perejil, cebollinos, huevo y speck , un jamón regional ligeramente ahumado. Con los ingredientes se forman unas bolitas como del tamaño de un huevo o más pequeñas, parecidas a las albóndigas.
Polenta. Existen tres tipos fundamentales de polenta: la amarilla, que se hace con harina de maíz; la blanca, que se saca de la harina de castaña, y la oscura, que usa harina de alforfón. La amarilla es la más conocida y utilizada en numerosas recetas. Su preparación es de lo más sencilla: no hay más que cocer la harina para polenta con agua y sal, dándole vueltas de manera constante hasta que la densidad de la pasta haga que se despegue de las paredes de la olla. Se le puede añadir pimienta, guindilla, romero o cualquier otra hierba aromática que queramos para que consiga un mejor sabor.
Pretzel – Laugenbrot: el pan de los Dolomitas. Son unos panecillos deliciosos con un interior suave y una corteza crujiente. Se suelen acompañar con quesos, carnes, salchichas, chorizo, queso, mermelada o mantequilla (dulce o salada).
Strudel. Es una pasta tipo hojaldre de origen alemán, austriaco e italiano que ha llegado a convertirse en todo un clásico. Su nombre se traduce como remolino y el truco es que quede muy fina para que el resultado final al paladar sea el deseado. La forma tradicional de consumirla es rellenándolo con manzanas, es el conocido como ApfelStrudel.
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